O haced el árbol bueno, y su fruto bueno, o haced el árbol malo, y su
fruto malo; porque por el fruto se conoce al árbol. Mateo 12:33.
Un extracto Del Tema: “La Falta De Dominio Propio Es El
Primer Pecado y El Régimen Original Escogido por el Creador y las Corrupciones
prevalecientes debidas al apetito no restringido y La Reforma Pro Salud Y La
Oración Por El Enfermo”
Adán y Eva en el Edén eran de noble estatura, y perfectos en simetría y belleza. Eran sin pecado y tenían perfecta salud.
¡Qué contraste con la raza humana
actual! La belleza ha desaparecido.
La perfecta salud es desconocida.
Doquiera que miremos vemos enfermedad, deformidad
e imbecilidad...
Desde la caída ha existido la intemperancia en
todas sus formas. El
apetito ha dominado a la
razón.
La familia humana ha seguido una conducta de
desobediencia, y como Eva, ha sido engañada por Satanás, para
descuidar las prohibiciones que Dios ha establecido, haciéndose la
ilusión de que las consecuencias no serían tan terribles como se había creído.
La familia humana ha violado las leyes de
la salud y ha ido a los excesos en casi todo. La enfermedad ha estado aumentando firmemente. La causa ha sido seguida por el efecto.
Dios dio a nuestros padres
los alimentos que él se propuso que debía comer la raza humana.
Era contrario a su plan
quitar la vida de alguna criatura. No debía haber muerte en el Edén.
Los frutos de los
árboles del jardín constituían
el alimento que requerían sus
necesidades. Dios
no le dio permiso para comer
animales hasta después del diluvio...
Muchos se maravillan de que la humanidad haya degenerado tanto, física, mental y
moralmente.
No entienden que es la violación de la constitución y las leyes de
Dios, y la transgresión de las leyes de la salud, lo que ha producido
esta triste degeneración.
La transgresión de los
mandamientos de Dios ha hecho que el Señor
retrajera su mano que
imparte prosperidad.
La intemperancia en el comer y el
beber, y la complacencia de las bajas pasiones, ha entumecido las delicadas
sensibilidades de manera que las cosas sagradas han sido puestas al nivel de
las cosas humanas...
Muchos
han esperado que Dios los preservara de la enfermedad meramente porque le pidieron que lo hiciera. Pero
Dios no escuchó sus oraciones, porque su fe no se perfeccionó por medio de las
obras...
Dios
no obrará un milagro para preservar de la enfermedad a quienes no se cuidan a sí mismos, sino que están continuamente
violando las leyes de la salud y no hacen ningún esfuerzo para prevenir
la enfermedad. The Review
and Herald, 2 de abril de 1914. Ver Consejos sobre el Régimen Alimenticio,
171,95,73,29. [304]
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