domingo, 5 de noviembre de 2023

32. “LA MAYOR EVIDENCIA DE NOBLEZA…”

 

Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad. (Proverbios 16:32).

[El que tarda en airarse] ha vencido al yo- el enemigo más poderoso que el hombre tiene que enfrentar.

La Mayor evidencia de nobleza en un cristiano es el dominio propio, El que puede permanecer inconmovible en medio de una tormenta de ultrajes es uno de los héroes de Dios.

Dominar el espíritu es mantener el yo bajo disciplina; resistir el mal; regular cada palabra y acto por la gran norma de la justicia de Dios.

El que ha aprendido a enseñorearse de su espíritu se elevará por encima de los desaires, las contrariedades, los disgustos a los cuales estamos expuestos diariamente, y éstos dejarán de arrojar una sombra sobre su ánimo.

Es El Propósito de Dios que el regio poder de la razón santificada, controlado por la gracia divina, Ejerza Dominio en las vidas de los seres humanos. El que se enseñorea de su espíritu está en posesión de este poder.

En la infancia y en la juventud el carácter es de lo más impresionable. La facultad del dominio propio debería adquirirse entonces.

 Junto al hogar y a la mesa familiar se ejercen influencias cuyos resultados son tan duraderos como la eternidad.

Más que cualquier dote natural, los hábitos establecidos en los años tempranos determinarán si un hombre ha de ser victorioso o vencido en la batalla de la vida.

En el uso del lenguaje no hay, tal vez, un error que adultos y jóvenes estén más propensos a pasar ligeramente por alto que la conversación apresurada e impaciente.

Piensan que es excusa suficiente alegar: "Estaba desprevenido, y no quise realmente decir lo que dije". Pero la Palabra de Dios no lo trata ligeramente...

La mayor parte de los disgustos, las angustias y las irritaciones de la vida se deben al temperamento descontrolado.

En un momento, por palabras apresuradas, apasionadas, descuidadas, puede producirse un mal que el arrepentimiento de una vida entera no podrá deshacer. ¡Oh, los corazones que son quebrantados, los amigos que son alejados, las vidas que son arruinadas, por las palabras rudas y apresuradas de los que podrían haber traído ayuda y sanidad!

El Exceso De Trabajo es a veces causa de la pérdida del dominio propio. Pero el Señor nunca exige movimientos apresurados y complicados.

Muchos acumulan sobre sí cargas que el misericordioso Padre celestial no colocó sobre ellos. Deberes que El nunca planeó que realizaran se suceden unos a otros alocadamente.

Dios desea que comprendamos que no glorificamos su nombre cuando asumimos tantas cargas que estamos sobrecargados y, al quedar agotados del corazón y de la menté, nos irritamos y enojamos y refunfuñamos.

Hemos de llevar únicamente las responsabilidades que el Señor nos encomienda, confiando en El, y manteniendo así nuestros corazones puros y dulces y compasivos. Review and Herald, 31 de octubre de 1907. RJ284/EGW/MHP 285

AUDIO. https://www.youtube.com/watch?v=xD7nArHnYaw&list=PLtrFh-HO7ogAhSCQQNknR0y3dwN8Pp3F9&index=5&pp=gAQBiAQBsAQB


31. “CADA MAÑANA Y CADA NOCHE ADOREMOS AL SEÑOR DIOS”

Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Mateo 7:24.

Que los miembros de cada familia tengan siempre en cuenta que están íntimamente unidos con el cielo. El Señor tiene un interés especial en la familia de sus hijos terrenales. Los ángeles ofrecen el humo del fragante incienso de las oraciones de los santos.

Por lo tanto, que en cada familia la oración ascienda hacia el cielo, tanto a la mañana como en la hora fresca de la puesta de sol, presentando delante del Señor los méritos del Salvador en favor de nosotros. Mañana y noche, el universo celestial toma nota de cada familia que ora.

Antes de salir de casa para ir a trabajar, toda la familia debe ser convocada y el padre, o la madre en ausencia del padre, debe rogar con fervor a Dios que los guarde durante el día.

Acudan con humildad con un corazón lleno de ternura presintiendo las tentaciones y los peligros que les acechan a ustedes y a sus hijos, y por la fe aten a estos últimos al altar, solicitando para ellos el cuidado del Señor. Los ángeles ministradores guardarán a los niños así dedicados a Dios...

En cada familia debería haber una hora fija para los cultos matutino y vespertino.

¿No conviene a los padres reunir en derredor suyo a sus hijos antes del desayuno para agradecer al Padre celestial por su protección durante la noche, y para pedirle su ayuda y cuidado durante el día?

¿No es propio también, cuando llega el anochecer, que los padres y los hijos se reúnan una vez más delante de Dios para agradecerle las bendiciones recibidas durante el día que termina?

El culto familiar no debiera ser gobernado por las circunstancias. No han de orar ocasionalmente y descuidar la oración en un día de mucho trabajo.

Al hacer esto, inducen a sus hijos a considerar la oración como algo no importante. La oración significa mucho para los hijos de Dios, y las acciones de gracias debieran elevarse mañana y noche delante de Dios...

No pasemos por alto nuestras obligaciones hacia Dios al esforzarnos por atender la comodidad y felicidad de nuestros huéspedes. Ninguna consideración debería hacernos desatender la hora de la oración.

No hablen ni se entretengan con otras cosas hasta el punto de estar todos demasiado cansados para gozar de un momento de devoción. Hacer esto es presentar a Dios una ofrenda imperfecta.

Deberíamos presentar nuestras súplicas y elevar nuestras voces en alabanza feliz y agradecida, a una hora temprana de la noche, cuando podamos orar sin prisa e inteligentemente. 

Conducción del Niño, 491-493. [317]

AUDIO. https://www.youtube.com/watch?v=dB693xq5hYg&list=PLVsLdOIe7sVs8veNpQDcyg8LJTKtUs9Nj&index=5&pp=gAQBiAQBsAQB