EL HOMBRE DEBE HACER SU PARTE. Dios no puede salvar al hombre contra su voluntad del poder de los artificios de Satanás. El hombre debe trabajar con su poder humano, ayudado por el poder divino de Cristo, para resistir y vencer a cualquier precio. En otras palabras, el hombre debe vencer así como Cristo venció. Y entonces, mediante la victoria que es su privilegio ganar por el todopoderoso nombre de Jesús, puede llegar a ser heredero de Dios y coheredero de Cristo. RH
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