miércoles, 4 de mayo de 2022

23. PERO CARNE CON SU VIDA, QUE ES SU SANGRE, NO COMERÉIS.

3 Todo lo que se mueve y vive, os será para mantenimiento: así como las legumbres y plantas verdes, os lo he dado todo. 4 Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis. (Génesis 9).

3. OS SERÁ PARA MANTENIMIENTO. No significaba que el hombre por primera vez hubiera comenzado a comer carne de animales, sino tan sólo que Dios por primera vez lo autorizaba, o mejor le permitía hacer lo que el diluvio había convertido en una necesidad.

Los impíos antediluvianos eran carnívoros (CH 109).

Pero no fue la voluntad original del Creador que sus criaturas se comieran entre sí.

Él le había dado al hombre plantas para comer (cap. 1:29).

Con la destrucción de toda vida vegetal durante el diluvio y con el agotamiento de las reservas de alimentos que fueron llevados al arca, surgió una emergencia a la que Dios hizo frente dando permiso para comer la carne de animales. Además, el comer carne acortaría las vidas pecaminosas de los hombres (CRA 445).

Este permiso no implicaba un consumo sin restricciones y sin límites de toda clase de animales. La frase "todo lo que se mueva sobre la tierra" excluye claramente el comer cadáveres de animales que habían muerto o habían sido muertos por otras bestias, lo que más tarde prohibió específicamente la ley mosaica (Exo. 22:31; Lev. 22:8).

Aunque aquí no se presenta la distinción entre animales limpios e inmundos respecto al alimento, eso no significa que era desconocida para Noé. 

Que Noé conocía esa distinción resulta claro por la orden previa de llevar más animales limpios que inmundos al arca (Gén. 7:2), y porque ofreció tan sólo animales limpios como holocausto (cap. 8:20).

La distinción debe haber sido tan perfectamente conocida por los primeros hombres, que fue innecesario que Dios llamara especialmente la atención de Noé a ella. 

Tan sólo cuando esta distinción se había perdido a través de los siglos de alejamiento del hombre de Dios, se promulgaron nuevas directivas escritas acerca de animales limpios e inmundos (Lev. 11; Deut. 14). 

La inmutabilidad del carácter de Dios (Sant. 1:17) excluye la posibilidad de interpretar este pasaje como un permiso para sacrificar y comer cualquier animal.  Los que eran inmundos para un propósito no podían ser limpios en otro.

PLANTAS VERDES. Esto implica la novedad del permiso de comer carne, además de verduras y frutas que originalmente habían sido destinadas como alimento del hombre. No sólo fue por la ausencia temporal de vida vegetal, como resultado del diluvio, por lo que Dios permitió que el hombre complementara su régimen vegetariano con carne, sino también posiblemente porque el diluvio había cambiado tan completamente la forma externa de la tierra y había disminuido su fertilidad hasta el punto de que en algunas regiones, tales como las del extremo norte, no producirían suficiente alimento vegetal para sostener la raza humana.

4. CARNE CON SU VIDA. La prohibición se aplica a comer carne con sangre, ya fuera de animales vivos como había sido la bárbara costumbre de algunas tribus paganas del pasado, o de animales sacrificados que no hubieran sido bien desangrados. Entre otras cosas, esta prohibición era una salvaguardia contra la crueldad y un recordativo del sacrificio de animales, en los cuales la sangre, como portadora de la vida, era considerada sagrada. Dios previó que el hombre, al caer como fácil víctima de las creencias supersticiosas, pensaría que participando del líquido vital, su propia vitalidad sería vigorizada o prolongada.

Por estas razones y probablemente por otras que ahora no resultan claras, fue irrevocablemente prohibido comer carne con sangre. Los apóstoles consideraron que esta prohibición todavía estaba en vigencia en la era cristiana. Llamaron la atención respecto a esto especialmente a los creyentes cristianos de origen gentil, porque esos nuevos creyentes, antes de su conversión, habían estado acostumbrados a comer carne con sangre (Hech. 15:20, 29). 

"Vida", néfesh (ver com. de Gén. 2:7). Traducir esta palabra como "alma", como algunos han hecho, oscurece el verdadero significado (ver Lev. 17:11).

La sangre es indispensable para la vida. Si se corta la circulación de sangre a cualquier parte del cuerpo, esa parte muere. Una pérdida completa de sangre inevitablemente produce la muerte. Siendo esto verdad, la palabra hebrea néfesh, como paralela de "sangre" en este texto. debe traducirse "vida", tal como está en la VVR. (1CBA). MHP 


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