A fin de entender qué cambios ocurrieron durante el diluvio, deben anunciarse primero unos pocos principios básicos acerca de la naturaleza de la tierra.
A. La Tierra.
La Tierra tiene un diámetro de 12.757 km. en el ecuador y no es exactamente una esfera, pues es algo aplanada en los polos y dilatada en el ecuador. El diámetro polar es 43 km. más corto que el ecuatorial. Esta diferencia de los diámetros se atribuye principalmente a la rotación de la tierra sobre su eje, y sugiere que su naturaleza no es rígida, característica importante para explicar algunos cambios que se supone que ocurrieron durante el diluvio. La naturaleza del interior de la Tierra se deduce mediante evidencias indirectas. Su centro está constituido por un núcleo pesado (cuyo radio es de 3.475 km.) con un centro sólido, al paso que su parte externa es líquida. A partir de ese núcleo hasta cerca de la superficie hay un manto menos denso rodeado por una corteza que todavía es más ligera. El espesor de la misma es de unos 33 km. La corteza que está debajo de los continentes es mucho más potente que la que se halla debajo de los océanos (Fig. 2). Sucesos catastróficos, tales como erupciones volcánicas y terremotos, pueden abarcar tanto el manto como la corteza. En la actualidad, aproximadamente un 71% de la superficie de la tierra está cubierta por océanos, y el 29% restante lo forman los continentes. Más o menos un 3% del área oceánica comprende las plataformas continentales, regiones relativamente poco profundas, que geológicamente forman parte de los continentes.
B. La Corteza Terrestre
Hay tres clases principales de rocas: ígneas, sedimentarias y metamórficas. Esas rocas se diferencian por las condiciones en que se formaron. Las rocas ígneas se forman cuando el magma (rocas fundidas en el interior de la tierra) se enfría y cristaliza dentro de la corteza terrestre o encima de ella. Las rocas volcánicas son rocas ígneas extrusivas que se han enfriado en la superficie de la tierra. Generalmente las rocas sedimentarias se forman por la cementación de partículas 82 transportadas que varían en tamaño desde la arcilla hasta cantos rodados, y se clasifican de acuerdo con la naturaleza de las partículas que la forman. De esa manera, las rocas arcillosas (arcillitas) se forman de arcilla y las areniscas, de arena, etc. Ciertas rocas sedimentarias (por ejemplo, algunas calizas, yeso y sal gema) se forman por precipitación química de una solución. Las rocas sedimentarias son de interés especial porque pueden contener fósiles, que son una evidencia de vida anterior. Las rocas metamórficas se forman donde hay suficiente calor, presión y a veces acción química, factores que originan cambios significativos en las rocas ígneas, sedimentarias y otras metamórficas. El mármol es una roca metamórfica que consiste en roca calcárea modificada. En ciertos casos, el granito puede ser formado por metamorfismo. Los geólogos dividen las rocas de determinada región en unidades mayores llamadas formaciones. Por ejemplo, parecería razonable que los sedimentos de cierta zona incluyeran arenisca gruesa, una gruesa unidad de pizarra (que quizá contenga delgadas capas de arenisca y caliza), y además una gruesa y masiva roca caliza dividida en tres formaciones. Si las capas son muy delgadas y tienen una característica común y peculiar, todas ellas podrían ser clasificadas como una sola formación. Solamente en Estados Unidos, en torno de 1967, se habían clasificado más de 17.000 diferentes formaciones y subdivisiones.
C. Procesos Sedimentarios
Una catástrofe del tipo de una inundación ocasiona mucha sedimentación, proceso que implica erosión, transporte y depósito de sedimentos que pueden formar rocas sedimentarias. Las corrientes de agua son el medio de transporte más común. El río Amarillo de la China transporta aproximadamente 2 mil millones de toneladas de sedimento al océano cada año (Holeman 1968). En este río, el peso de los materiales sólidos transportados a veces excede al peso del agua misma (Mattes 1951 ). También puede ser considerable la capacidad de transporte de las olas y las corrientes oceánicas. La capacidad de transporte que tiene el agua aumenta considerablemente con la velocidad. La carga máxima de transporte sólido está en proporción con la tercera o cuarta potencia de la velocidad (Holmes 1965, pág. 512), lo que significa que si la velocidad aumenta en un factor de 10, la carga puede ser de 1.000 a 10.000 veces mayor. El viento es otro medio de transporte de gran capacidad. Arena del Sahara ha sido llevada hasta España, Francia e Italia. En 1883, cenizas de la erupción volcánica del Krakatoa, cerca de Java, fueron esparcidas por todo el mundo, con lo que produjeron cromáticas puestas de sol durante varios años. Por supuesto, los tornados pueden transportar cargas muy grandes. En el Medio Oriente, extensas dunas, algunas de ellas de 180 m de alto, se forman como resultado de la acción del viento. Los glaciares erosionan, transportan y depositan grandes cantidades de sedimentos. En este caso el transporte es comparativamente lento. Por ejemplo, en 1820 tres guías que trepaban cerca de la cumbre del monte Blanco, en Francia, se perdieron en una hendidura profunda en un glaciar. Cuarenta y un años más tarde, fueron encontrados sus restos a unos 31/2 km. de distancia, al pie del glaciar Bosson (Bertin 1961, pág. 126). El transporte provocado por los glaciares deja típicas características, tales como sedimentos entremezclados (donde se mezclan desde lo fino hasta lo grueso) y provocan estrías en las rocas. Esas estrías (estriaciones de los glaciares) se producen por roces mutuos de las rocas al ser movidas por el hielo. Finalmente los sedimentos son transportados hasta una localidad donde se 83 asientan y forman rocas sedimentarias. Las partículas son cementadas por diversos minerales que con frecuencia van disueltos en el agua. Las rocas sedimentarias, especialmente aquellas depositadas por el agua, por lo general se encuentran en capas distintas llamadas estratos, que resultan de cambios en la cantidad de sedimentos mientras se depositan. Las capas se depositan en planos horizontales o subhorizontales. Este hecho es llamado la ley de horizontalidad original. Por lo general, los estratos inclinados se deben a alteraciones de la corteza terrestre después de ser depositados. Una segunda ley de la deposición, evidente por sí misma, es la ley de la superposición, según la cual en sedimentos que no se han alterado, los más recientes están por encima de los más antiguos, que quedan debajo. Puede pasar poco o mucho tiempo en la deposición de una formación sedimentaria.
D. El Proceso de Fosilización
Cualquier evidencia de vida pasada encontrada en la corteza terrestre se considera que es un fósil. Los fósiles pueden incluir las más familiares conchas de moluscos, moldes de seres vivientes, o las menos comunes huellas de animales. Pueden ser mínimas las alteraciones durante la preservación, como en el caso de algunos mamuts congelados. Sin embargo, con frecuencia sólo permanecen las partes duras como sucede con los huesos o caparazones. Los fósiles permineralizados tienen espacios porosos llenos con minerales, al paso que la petrificación implica el reemplazo de materia orgánica por minerales. Algunas maderas fósiles son permineralizadas; otras son petrificadas. Durante el proceso de preservación de muchos fósiles, puede perderse una buena parte del hidrógeno, oxígeno y nitrógeno de la materia orgánica original, lo que deja tan sólo una película carbonosa y una impresión. Los fósiles abundan en algunas localidades, son raros en la mayoría de los depósitos sedimentarios y faltan por completo en muchas formaciones. Es importante para el estudio de un suceso tal como el diluvio del Génesis que la mayor parte de los seres vivientes que mueren no son preservados. Los arrecifes coralinos son una excepción notable debido a que los esqueletos del coral que forman la armazón del arrecife se preservan a medida que crece el arrecife. Por lo general ocurre una desintegración mecánica y química antes de la preservación. Beerbower (1969, pág. 39) declara: "Por lo general, mientras más rápidamente un ser viviente quede sepultado y mientras más apretado sea el sello de su tumba sedimentaria, habrá mejores posibilidades de preservación". Tanto los paleontólogos creacionistas como los evolucionistas reconocen la importancia de que se sepulten rápidamente los fósiles para su preservación. Los creacionistas creen que esto ocurrió principalmente durante el diluvio del Génesis, al paso que los evolucionistas creen que hubo muchas catástrofes más pequeñas separadas por largos períodos de tiempo.
E. La Columna Geológica
Las rocas que forman la corteza de la tierra se han organizado de acuerdo con una distribución cronológica en la cual las más antiguas están debajo y las más jóvenes encima. Esto recibe el nombre de columna geológica o estratigráfica. Véase en la figura 1 detalles al respecto. Los nombres que identifican diferentes divisiones de la columna geológica se usarán en las secciones siguientes, y el lector debería consultar esa figura si no le resultan familiares los términos estratigráficos. Tanto los creacionistas como los evolucionistas reconocen la secuencia de la columna geológica y usan la misma terminología para referirse a ella. Por lo general, los primeros consideran que representa un lapso relativamente corto, al paso que los segundos le atribuyen miles de millones de años para su evolución. Los fósiles son mucho más comunes y complejos en el fanerozoico que en las capas 84 inferiores. Dentro del fanerozoico, las formas más complejas de vida, tales como mamíferos y fanerógamas, no se encuentran en las capas inferiores (Fig. 1). Esto será tratado posteriormente en la Sección VI-C. Una cantidad de creacionistas (tales como Price 1923, Whitcomb y Morris 1966) han negado que sea válida la distribución de los fósiles en una secuencia dentro de la columna geológica. Han destacado que en algunos lugares esa disposición no se respeta y que las así llamadas rocas más antiguas se hallan encima de rocas más jóvenes. Arguyen que puesto que hay excepciones para el orden general de los fósiles en la columna geológica, queda invalidada la teoría de la evolución. Desgraciadamente, los ejemplos usuales que se dan corresponden con zonas geológicamente alteradas, tales como las Montañas Rocosas y los Alpes. Esas zonas alteradas no suministran un argumento convincente puesto que las alteraciones de las secuencias se pueden explicar mediante levantamientos y deslizamientos de las rocas más antiguas por encima de las más jóvenes, un cuadro apoyado, en algunos casos, por datos convincentes tomados en el mismo lugar. Aun cuando en algunas zonas evidentemente los fósiles están aparentemente fuera de orden, cualquiera sea la razón que se dé para eso, todavía queda por explicar por qué en la mayoría de los lugares de la Tierra por lo general los fósiles siguen un orden consistente (Fig. 1). Esto será tratado posteriormente en la Sección VI-C. CBA
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